El personal, las instalaciones, la alberca, la fogata – todo increíble!

El lugar es hermoso y muy tranquilo, ideal para desconectar. Sin embargo, había muchas moscas que resultaron incomodas.

Super recomendado for una breve visita

Hermoso lugar, acogedora habitación, con un excelente servicio del personal, siempre dispuesto a ayudar, además de contar con opciones de esparcimiento como senderismo y un área de picnic para disfrutar del buen tiempo.

Todo ha ido bien.

Cabanas La Chicharra es un lugar hermoso donde desconectar. Las cabañas son acogedoras y cuentan con una terraza privada. El personal es increíblemente atento y siempre listo para ayudar. Además, hay asadores disponibles y una piscina que disfrutamos mucho. Ideal para una escapada romántica en medio de la naturaleza.

Las moscas fueron un pequeño inconveniente.

escapa del bullicio y desconéctate en cabañas acogedoras, atención excepcional y paisajes hermosos

Cabañas La Chicharra fue un refugio perfecto para nosotros. Las instalaciones son muy cómodas, permiten disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza, con un personal que está siempre dispuesto a ayudar. Tuvimos una experiencia maravillosa, especialmente con el asador disponible y la calidez del ambiente. Las cabañas están bien equipadas y son acogedoras. Sin embargo, a tener en cuenta que la conexión de wifi es baja. Aún así, lo recomiendo totalmente. ¡No se arrepentirán!

Un lugar encantador con áreas verdes y una piscina hermosa. el personal es muy atento. La zona es tranquila, cerca de hermosas cascadas y la Parroquia de Santa María Magdalena, lo que lo hace ideal para escapar del bullicio.

El transporte al centro podría mejorarse un poco. además, el desayuno podría ofrecer más opciones.

El entorno es impresionante para desconectar y disfrutar de la naturaleza. Las cabañas son acogedoras y cuentan con lo esencial, pero el agua caliente se agota rápido y el wifi es limitado. Ideal para familias, aunque deberías prepararte para el frío nocturno.

El lugar es hermoso, ideal para desconectar con una piscina y mucho espacio para disfrutar. El personal fue increíble, siempre dispuesto a ayudar y super atentos.

Las moscas eran tan amistosas que casi me ofrecieron una bebida, ¡pero no estoy ahí para hacer amigos voladores!

La habitación era bastante acogedora, pero el agua caliente se acababa rápido, y en la noche hacía un frío que sí se sentía. La cama era cómoda y el lugar se veía hermoso, ideal para desconectar. Eso sí, las moscas a veces se ponían insistentes, sobre todo al momento de comer. La verdad, un poco incomodo. Pero el entorno y el servicio del personal hacen que valga la pena.